León Guruciaga. Poeta nicoleño
I
Una anciana en su rancho se moría,
Y a sus nietos decía:
- Mi caudal hallareis en esta almohada,
entre bolsas iguales repartido.
Así como os lo doy, lo he recibido
Del Mundo, de mi Dios y de la Nada.
Haced entre los tres las divisiones,
Sin otras aflicciones
Que al amor al color de vuestro agrado;
Si blanco, blanco; azulo colorado.
Y pues voy a rezar, id, os advierto...
II
Cuando los tres volvieron ya había muerto.
Dádola sepultura,
A su cama volvieron con premura,
Y en la almohada de abajo se encontraron
El caudal de las bolsas de la anciana.
Uno a uno tomó la de su gana,
Y con la bolsa al hombro se marcharon.
De oro repleta estaba la primera,
De ilusiones doradas la segunda,
Y de sanas virtudes la tercera.
III
Ignoro de los tres el paradero,
Más sé por cierta extraña referencia,
Que el de la bolsa azul es el primero
en gozar las virtudes de la herencia.
León Guruciaga. Poeta nicoleño